El estrés no es una enfermedad, sino una respuesta del organismo ante una situación que no sabemos afrontar.

Puede ser estrés físico o psíquico, y el psíquico puede ser debido a una causa “buena” como un ascenso, o “mala” como la pérdida de trabajo.

El resultado es que no lo sabemos afrontar, nos desborda, y aunque se suele considerar un problema mental o psicológico produce efectos físicos sobre todo el organismo, pero principalmente va afectar el sistema cardiovascular, el sistema neurológico y el sistema inmunitario.

Cualquiera se puede ver afectado por el estrés, pero la manera en que reaccionamos frente a situaciones estresantes (una enfermedad, un despido, una separación, un cambio de residencia…) depende del estilo de vida que “escogemos” tener y la actitud que mantenemos ante las experiencias que nos toca vivir, así podemos convertirla en una experiencia autodestructiva o en una posibilidad de crecimiento.

La relajación es una actitud ante la vida que se puede cultivar. En la sociedad actual un 80% de los padecimientos están relacionados con el estrés, algunos de ellos son: depresión, ansiedad, dificultades sexuales, dificultades para relacionarse, presión arterial alta, ataques cardíacos, dolores de cabeza, diabetes, úlcera péptica, dolores musculares, infecciones, cáncer, problemas de memoria, degeneración neurológica, etc.

Ante una situación de estrés ¿qué podemos hacer?: Cultivar la relajación.

Pequeñas semillas para cultivar la relajación, pero con un gran potencial:

  • Tener confianza de que podemos controlar la situación y eso lo vamos a lograr cambiando la manera de pensar, viendo los cambios no de una manera negativa sino como una oportunidad de crecimiento, de desarrollar nuevas posibilidades y nuevas potencialidades. En el camino que recorremos a lo largo de la vida vamos tomando opciones y lo que consideramos “fracaso” son las experiencias que necesitamos para crecer, por eso son nuestras grandes oportunidades. Todo es necesario y todo está bien.
  • Cambiar la conciencia que uno tiene de si mismo, eso significa cambiar el sistema de creencias que tenemos, los pensamientos, como por ejemplo no valgo, soy mayor para eso, no puedo, no tengo suerte…
  • Es fundamental vivir conscientemente en el presente, ni en el pasado pensando que fue un tiempo mejor, ni preocupados por un futuro, que en realidad va a depender de lo que hagamos en el presente, pero que la preocupación no nos deja actuar.
  • No hablar de lo que está mal, de lo que falta, concentrar la atención y la intención en lo que se quiere cambiar. No vale quejarse, lamentarse, culpar o culparse, lo que nos va ayudar es asumir, aceptar la situación que tenemos y hacer lo necesario para cambiar lo que queramos cambiar. Es hacerse primero conscientes de la situación y que fue lo que nos llevo a ella y luego actuar, hacerse responsable cada uno de su vida, en vez de sentirse víctima de la situación. Hacer lo que uno siente que tiene que hacer.
  • Disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen felices día a día.
  • Fomentar la parte creativa que todos tenemos, pero que tenemos poco desarrollada, pintar, cantar, bailar, etc…, cuando uno crea se siente feliz.
  • No juzgar, aceptar a las personas como son, sin querer cambiarlas y aceptar las circunstancias como vienen, no poner resistencia, si nos resistimos sufriremos más. Aceptar no es resignarse, es ser flexible, fluir con la vida, adaptarse como el agua se adapta al lecho por donde discurre, sorteando los obstáculos, pero siguiendo su curso hasta llegar al gran río.
  • Organizar tareas y distribuir las horas del día en: trabajo, familia, ocio, descanso, sueño, estar solo. Es muy importante ese tiempo dedicado a uno mismo. Dormir lo suficiente también es importante para estar despejado.
  • Aprender a delegar, si lo que me piden no lo puedo asumir. Hay que ser consciente de las propias capacidades y a lo mejor hay que delegar en otras personas.
  • Relajarse alivia la tensión muscular que se produce inconcientemente durante el estrés. Buscar espacios para desconectar de la actividad diaria y que favorezcan la relajación, puede ser un paseo por la playa, el campo, o un rincón de casa donde nos encontremos con nosotros mismos.
  • Fomentar las relaciones que nos aportan algo, y dejar ir las relaciones tóxicas y de dependencia.
  • Realizar ejercicio aeróbico regularmente para liberar tensiones, además es bueno para la salud y despeja la mente.
  • Realizar respiraciones profundas, controlando la respiración podemos controlar las emociones.

Es posible prevenir el deterioro cognitivo provocado por el estrés, a través de:

  1. Terapia nutricional: en la que se combina la terapia alimentaria con la toma de suplementos de vitaminas, minerales, aminoácidos y oligoelementos específicos, así como tónicos naturales para el cerebro.
  2. Terapia de ejercicios: especialmente meditación, relajación, yoga.
  3. Cultivar la relajación y cambiar el estilo de vida, elegir un estilo de vida relajada y eliminar factores de estrés innecesarios.

El estrés quema nutrientes extras, igual que la actividad física, por eso las personas estresadas y atletas necesitan más nutrientes. Uno de los minerales que más se agota es el magnesio y su deficiencia nos deja más vulnerables al estrés, entrando así en una espiral degenerativa.

También se agotan las vitaminas antioxidantes C y E que protegen el cerebro de radicales libres.

El estrés aumenta la necesidad de proteínas y de hidratos de carbono, acelera el metabolismo y aumenta la necesidad de aminoácidos que se utilizan en gran cantidad en las actividades neurológicas. Por eso una buena alimentación no llega, no tiene los suficientes elementos nutritivos para regenerar, estimular y reforzar el cerebro, por eso la debemos acompañar de complementos alimenticios y por supuesto desterrar los alimentos procesados, llenos de aditivos que nos intoxican.

El cortisol liberado por las glándulas suprarrenales debido al estrés produce tres efectos negativos principales:

  1. Interrumpe la provisión de la fuente de combustible para el cerebro: la glucosa.
  2. Obstaculiza la actividad de los neurotransmisores.
  3. Provoca la muerte de las neuronas al formar los radicales libres.

La terapia nutricional correcta contrarresta esos efectos de la siguiente manera:

  • Restablece y estabiliza la provisión de glucosa al cerebro. Si el nivel de azúcar está demasiado bajo las neuronas se mueren.
  • Nutre los neurotransmisores, para ello tenemos: lecitina, complejo B y vitamina C; para estimular: proteínas y para relajar hidratos de carbono: pan, cereales, fruta.

Los materiales que componen los cuatro neurotransmisores más importantes: acetilcolina, noradrenalina, serotonina y dopamina, nos llegan directamente de lo que comemos y son de vital importancia para la memoria, la concentración, el aprendizaje, la energía y la felicidad.

  • Acetilcolina para la memoria, se nutre con: lecitina + complejo B + vitamina C.
  • Noradrenalina y dopamina para la energía, se nutren con aminoácidos: tirosina y fenilalanina.
  • Serotonina nos da la sensación de alegría, bienestar, controla la sensibilidad al dolor y nos permite dormir bien. Para obtenerla debemos tomar alimentos ricos hidratos de carbono.
  • Protege las neuronas de los radicales libres y repara los daños causados por la mala circulación sanguínea.

Dieta que nos va a ayudar a sobreponernos al estrés:

Aumentar:

  • La cantidad de proteína, ya que el estrés aumenta las necesidades proteicas.
  • Hidratos de carbono complejos como los cereales dan energía y aumentan la serotonina.
  • Alimentos ricos en vitamina B, como levadura de cerveza, cereales integrales, verduras de hoja verde, frutos secos (nueces, almendras, piñones) fortalecen el sistema nervioso central y son necesarias para metabolizar los hidratos de carbono y así obtener energía de ellos.
  • Aumentar la cantidad de alimentos ricos en vitamina C, ya que aumentan sus necesidades en caso de estrés. Además aumentan las defensas.
  • Alimentos con alto contenido en zinc como pipas de calabaza, lentejas, germen de trigo, sésamo, mejoran el tono general y el sistema inmunológico.
  • Plantas adaptógenas, son estimulantes naturales que ayudan al organismo a adaptarse a situaciones de fatiga, y de estrés físico y mental. Estimulan el sistema nervioso central.

Reducir o eliminar:

  • Azúcar blanco y los alimentos refinados que con él se elaboran, son pobres en nutrientes esenciales y reducen la respuesta inmunitaria, justo lo contrario que se necesita en caso de estrés, que ya hay bajada de defensas.
  • Bebidas alcohólicas, alteran e incluso anulan la capacidad de respuesta del organismo al estrés.
  • Excitantes, no tomar café, te, coca cola, excitan pero no nutren, aunque puede parecer que ayudan, su uso continuado acaba produciendo desgaste nervioso, agotamiento y falta de adaptación al estrés.

Cualquier síntoma es una alarma que se dispara para que nos demos cuenta de que tenemos algo que cambiar, viene a ayudarnos a evolucionar en nuestro camino, tomemos conciencia de ello, podemos vivir de otra manera, relajadamente, disfrutando, con muchas menos cosas podemos crear una vida mucho más rica y sobre todo vivir creciendo y que lo que nos pase nos sirva para que brote lo auténtico en nosotros

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