El verano se ha acabado y ha llegado el otoño y con el vienen asociadas una serie de patologías y complicaciones para la que nos podemos preparar en mayor o menos medida.

Enfermedades otoñales.

Los días son mas cortos y el frío nos puede jugar una mala pasada. Vemos un sol de justicia al medio día y nos parece un día estupendo, de hecho salimos a la calle y nos encanta notarlo en la piel pero llega la noche, las temperaturas caen y ya tenemos nuestra primera enfermedad respiratoria de la temporada. También son típicas de estos meses las enfermedades de bronquios y pulmón.

Viento y lluvia hacen que las bacterias, los parásitos y los virus se propaguen mas fácilmente, dando lugar a problemas gastrointestinales.

El cambio de estación siempre provoca un cambio en la rutina y los primeros damnificados son siempre la alimentación y el sueño, pilares básicos de la salud.

El verano es una estación muy agresiva para la piel, pero las consecuencias las pagamos en otoño.

Por último, el cambio de la duración de los días produce una serie de alteraciones hormonales que en muchos casos puede desencadenar un episodio de trastorno afectivo estacional, comúnmente conocido como depresión otoñal.

Como prevenir las enfermedades otoñales.

Comer de manera saludable: es importante que hagamos todas las comidas, con abundante fruta y verdura para un buen aporte de nutrientes. Con la llegada del frío pueden ser una buena ayuda las sopas, cremas y legumbres. Podemos complementarlo con frutos secos, ricos en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.

Dormir bien: Tenemos que dormir lo suficiente y ni saltarnos horas de sueño ni dejarnos llevar por que «el día esté feo» y no dormir siestas de mas de media hora. Si tenemos problemas para dormir puede sur util tomar melatonina, ya sea con la alimentación, tomando tomando tomate o frutos secos ricos en melatonina, como las nueces.

Muchos de los problemas típicos del otoño los podemos prevenir, a parte de vistiéndonos adecuadamente, manteniendo unas normas de higiene básicas, ventilando las habitaciones, evitando los espacios hacinados y escapando de los cambios bruscos de temperatura. También es importante subir las defensas del organismo con una buena alimentación, rica en vitaminas y minerales, tomando miel, propóleo y equnácea.

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